Los Derechos Humanos en la Provincia de Entre Ríos

La situación fue difundida el día martes por la hija de la damnificada en la red social Facebook. «Ayer en concordia 6 policías, 5 armadxs y 1 de civil, quisieron detener a mi mamá», denunció la joven.

Por Ludmila Fernández

Mi mamá tiene 50 años, es empleada pública, docente y estudiante de su tercer carrera terciaria. Ayer (lunes 1/10), alrededor de las nueve de la noche, tomó el colectivo de la línea 9 que la lleva desde su profesorado hasta la escuela en La Bianca en dónde da clases.

Como tiene 50, al chofer del 9 le parece mentira que sea estudiante entonces cada día se esmera en decirle que los estafa queriendo pagar su boleto estudiantil. Esa noche mi mamá se cansó de la vulneración cotidiana de este chofer y decidió sentarse cerca y contarle que lo que estaba haciendo era cercenar su derecho al boleto estudiantil, que ella no le mentía, que era estudiante y no una estafadora y que, en todo caso, si de estafa se trataba ese rol le correspondía asumir a la empresa que cobraba $14 un boleto para viajar paradxs, hacinadxs, en colectivos todos sucios, que se llueven y que encima (como aún el municipio espera un siglito más para implementar la sube) cada vez que le pagas con $15 te quedan debiendo $1.

Ya se, son 4 centavos de dólar, pero para quienes cobramos en pesos y tomamos más de dos colectivos al día son $5 por día, $25 a la semana, $100 al mes que como usuario le regalas involuntariamente a la empresa de transporte. Calcula por los miles de usuarios diarios cuanta propina se junta.

En fin, ambos ciudadanos intercambiaban perspectivas de justicia cuando dos policías que viajaban en el transporte se paran, hacen parar el colectivo y llaman a la comisaría pidiendo «refuerzos» pues esta mujer de 50 y sus libros resultaban demasiada amenaza para el macho de mierda de chofer del 9, la uniformada armada y la canita de civil que ya estaban.

Acudiendo al llamado de sus colegas cayeron en una pickup cuatro canas mas, todos hombres, con itacas, a bajar a mi mamá del colectivo para llevarla detenida.

Jugaron un rato con ella, le mostraron sus armas, hablaron de algún fiscal que habría avalado tal mamarracho institucional, la apretaron de sus brazos y se fueron.

La dejaron sola a las 9 de la noche en el medio de una avenida en una zona desolada.

Quienes supuestamente están para cuidarnos, te bajan del transporte cuando vas a trabajar para divertirse un rato y dejarte a la deriva.

Luego de algunos llamados confirmamos que ningún fiscal había ordenado nada.

Ahora acá seguimos, en un país sin garantías constitucionales para nadie… bueno sí, para algunos empresarios que andan jugando a gobernar sí.

Hoy a la mañana, antes de presentarnos en fiscalía para hacer la denuncia, pasamos por la oficina de «DDHH» de la Municipalidad. Un tal Maciel que está a cargo dijo la noche anterior que ellxs estaban para acompañarnos y que nos esperaba hoy a las 8:30 con el abogado de DDHH.
Llegamos, nos atendió una secretaria que nos tomó más datos que la policía. Maciel sentado atrás revisaba una agenda, un cuaderno de hojas rayadas. No nos esperaba con ningun abogado. Nos dijeron que ellxs solo prestaban asesoramiento y que si el abogado no estaba ocupado iba, pero que si no te asesoraba la secretaria.

El asesoramiento es decirte que vayas a fiscalía y denuncies.

En la fiscalía te atienden en una ventanilla donde hay 20 personas y te preguntan: ¿qué viene a denunciar? (Tengo que aclarar que si sos víctima de violencia de género, abuso, violación, tenes que responder en la misma ventanilla y frente a la misma cantidad de gente?).

Ahora estamos hablando con el Jefe de Operaciones de la Departamental, que creen que puede solucionar?

En contexto

Supo Agenda Abierta que el día martes alrededor de las 10 de la mañana Rosi Castellana se presentó en la Fiscalía de Concordia y realizó la denuncia penal dirigida a 6 oficiales pertenecientes a la Comisaría Sexta de la Policía de Entre Ríos por abuso de autoridad y apremios ilegales. Estima que se solicitarán informes para poder identificar a los agentes autores del grave hecho que los involucra.