Facundo Ferreira no disparó contra los policías que lo asesinaron

El caso del niño muerto en Tucumán se perfila cada vez más como un caso de gatillo fácil. Una segunda pericia de “barrido electrónico” de pólvora en sus manos volvió a dar negativa. La fiscalía citó a declarar a los dos imputados en el crimen para el próximo 27 de junio.

Familiares de Facundo piden justicia (Vía País).

La madrugada del 8 de marzo, Facundo Ferreira murió de un balazo policial en la nuca. Los miembros de la fuerza de seguridad tucumana, avalados por la institución y la ministra Patricia Bullrich, adujeron que el niño y un amigo habían disparado mientras huían en su motocicleta. Sin embargo, una pericia de “barrido electrónico” de pólvora dio negativo, tal como sostuvo su familia desde el primer momento.

La pericia que busca vestigios de “fulminante”, que sólo son hallados en personas que dispararon un arma de fuego, se realizó primero en Salta y luego en Chaco. A demás, ya se sabía que no había ADN de Facundo en el arma que se secuestró en el lugar.

Los policías que persiguieron y dispararon contra Facundo son Nicolás González Montes de Oca y Mauro Gabriel Díaz Cáceres, a quienes la fiscalía citó a declarar como imputados el próximo 27 de junio. Si bien aún no llegó oficialmente el barrido electrónico sobre la muestra en la mano de Facundo, la fiscal Adriana Gianoni ya fue informada de que el resultado es negativo. Sin embargo, la fiscalía aún no ha hecho público cuál de los dos policías está sospechado de ser el responsable del disparo.

“Es un claro caso de gatillo fácil. Desde el primer momento tendrían que haber citado a declarar a los policías imputados. Al confirmarse los resultados que dan cuenta de que Facundo no disparó, los policías involucrados deben declarar como imputados por homicidio”, explicó Emilio Guagnini, coordinador de la ONG Andhes (Abogados del NOA en Derechos Humanos) y abogado querellante.

Luego del asesinato de Facundo, fue notorio el despliegue de la Policía de la provincia de Tucumán en el barrio donde el niño vivía con su abuela, buscando amedrentar y coaccionar a familiares y amigos. La situación, que fue denunciada públicamente, no consiguió detener el acoso de las fuerzas públicas tucumanas. El caso, incluso, fue mencionado como ejemplo de uso de fuerza letal contra niños en el Comité de los Derechos del Niño de la ONU durante la evaluación de la situación de la infancia y adolescencia en la Argentina.

Fuente: Tiempo Argentino/ Jesús Cabral.