Rafael Cotorruelo, Gustavo Pimentel y José María Chemez sancionaron al ex Jefe comunal de Valle María con una pena de un año y seis meses por el delito de Negociaciones Incompatibles. También le dieron inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos.

La Justicia entrerriana condenó al exintendente de Valle María, Luciano Asselborn, a un año y seis meses de pena condicional, más la inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de Negociaciones Incompatibles, en la causa por la extensión de la red domiciliaria de gas natural en un lote que pertenecía al exfuncionario. El tribunal –en el adelanto de sentencia– encontró culpable a Asselborn por una figura delictiva que se había planteado al principio de la investigación y no por Peculado de Servicios, por considerar que no se pudo sostener con pruebas que empleados del municipio hayan realizado los trabajos en el predio, ni que se hayan pagado con fondos públicos la obra en 2007. Los fundamentos del fallo se conocerán el lunes al mediodía. Se trata de la primera condena que recibe el dirigente radical, luego de haber cumplido dos décadas de permanencia en la función pública.
En la audiencia de alegatos, la Fiscalía y la querella particular habían solicitado una pena de cumplimiento condicional: la fiscal Matilde Federik solicitó dos años y seis meses, mientras que el querellante Nelson Schlotahuer reclamó tres años de condena. Por otro lado, la defensa pidió que Asselborn sea absuelto. El tribunal de juicio estuvo integrado por Rafael Cotorruelo, Gustavo Pimentel y José María Chemez.
La lectura de la condena
La figura delictiva por la que se condenó a Asselborn pasó de Peculado de Servicios a Negociaciones Incompatibles, una decisión que puede ser interpretada de diferentes maneras. «Nos sorprendió un poco que sea por esta figura delictiva. Pero obviamente vamos a acompañar esta decisión, y luego estudiaremos los fundamentos», dijo en declaraciones a UNO el abogado Schlotahuer.
En su primera apreciación del fallo manifestó que la condena a un funcionario público «no debe ser motivo de alegría» pero al margen de ello razonó: «El sistema funciona e intenta restablecer la confianza de la sociedad. Esto es una advertencia para quienes hacen negocios incompatibles con la función pública y que a la larga o a la corta van a ser sancionados».
En la opinión del letrado este tipo de hechos «no tiene un patrón ideológico» y en su argumentación refirió a la defensa «política» practicada por el acusado en el juicio oral y público.
La visión de la defensa
Uno de los defensores de Asselborn se mostró contrariado por el fallo condenatorio. Para el abogado Ramiro Pereira se está «condenando a un gobernante decente, que demostró que la contratación no iba a salir un peso. Sí, puede ser una desprolijidad haberse llevado una factura».
Pereira apuntó a los jueces porque a su criterio «se perdieron en el expediente y perdieron de vista la realidad efectiva que tenía la obra. Era una obra que tenía una utilidad pública para todo un conjunto de vecinos del centro de Valle María». Si bien explicó que tiene que estudiar los fundamentos de la sentencia, es probable que se apele la resolución.
Fuente: Diario UNO