Buenos Aires: Una marea colectiva contra el ajuste, la represión y la impunidad

Los organismos de derechos encabezaron la movilización a Plaza de Mayo. Críticas al Gobierno nacional y al Poder Judicial y la exigencia de justicia por Maldonado y Nahuel. Lee el documento completo.

Foto: Abuelas

 

Este sábado se realizó una nueva marcha a 42 años del golpe cívico-militar que dio inicio a la última dictadura, la más sangrienta de la historia de nuestro país. El acto central estuvo encabezado por Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Hijos Capital y La Liga por los Derechos del Hombre. También la Asociación Madres de Plaza de Mayo, que encabeza Hebe de Bonafini realizó su discurso en el escenario móvil, en Avenida de Mayo, a metros de Bolívar. Luego fue el turno del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia con las presencias de Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel.

El negacionismo oficial, las prisiones domiciliarias a genocidas condenados, el vaciamiento en áreas estratégicas de derechos humanos, el modelo económico del Gobierno nacional, la represión y los presos políticos, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, la exigencia de renuncias de Patricia Bullrich, y Pablo Noceti, el recuerdo a Julio López y las complicidades civiles de la dictadura, parte del documento único leído en el acto principal.

El discurso completo

A 42 años del Golpe genocida, iniciado aquel 24 de marzo estamos en esta Plaza del pueblo y en todas las del país para repudiar el terrorismo de Estado.
Venimos nuevamente a repudiar los crímenes de lesa humanidad: las miles de desapariciones forzadas, los asesinatos, las presas y presos políticos; las torturas; el robo de bebés; el funcionamiento de cientos de centros clandestinos de detención, tortura y exterminio; la censura; la mentira organizada; la pobreza programada; una Guerra por Malvinas con delitos de lesa humanidad; la deuda externa que causó hambre por décadas; el exilio al que fueron obligadas miles de personas; el terrorismo de Estado. Hace un año, frente a esta misma Plaza alertamos acerca del negacionismo impulsado por funcionarios del Gobierno, que ha tenido diversos intentos para abrir la puerta a la impunidad. Venimos entonces aquí, también para recordarles a los negacionistas, una vez más, que los desaparecidos son 30.000 y nos faltan a todos.

Estamos acá, en unidad, porque nuestro país nos necesita así para defender nuestros derechos. Estamos en esta Plaza, de marchas y actos, bombardeada, caminada por las Madres, Abuelas, Padres y Familiares en pleno genocidio. Acá vinimos los primeros años a gritar: ¡Aparición con vida! Y volvimos a hacerlo el año pasado, con mucho dolor, ante la desaparición y muerte de Santiago Maldonado.

Hoy nos convocan a esta plaza los despidos masivos, la miseria planificada, la entrega del país a los buitres, la persecución de los pueblos originarios; la persecución a militantes; las presas y presos políticos; la impunidad para los genocidas, la violencia institucional, la represión a la protesta social, la censura a la prensa; y la defensa de todos los derechos de las mujeres, lesbianas, travestis y trans.

Los argentinos y argentinas vivimos un plan económico que aumenta la riqueza de pocos y la pobreza de muchos. Este Gobierno impulsa una reforma laboral en contra de los derechos del pueblo, cuyo modelo ya vivimos en la década del 90 basado en los preceptos de Martínez de Hoz. Su resultado es flexibilización laboral, explotación, desocupación y más desigualdad. Mauricio Macri queremos decirte: ¡basta de ajuste, represión e impunidad! Frente a este atropello son contundentes los mensajes de las trabajadoras y trabajadores en cada acto, como lo siguen siendo los reclamos de las y los docentes por una paritaria nacional digna y justa. No podemos vivir en un país con hambre, represión y genocidas sueltos. No vamos a permitirlo.

El pañuelazo blanco del año pasado contra el 2×1 a los genocidas fue un mensaje claro: el único lugar para un genocida es la cárcel. Esos que hoy caminan por las calles, o están en sus casas con el beneficio de la domiciliaria o la libertad condicional, 42 años atrás encabezaron una dictadura genocida que masacró a una generación y causó consecuencias que todavía perduran. Son culpables de un plan sistemático de exterminio desplegado en todo el país y la región, en lo que fue el accionar represivo del Plan Cóndor.

En la Argentina hubo más de ochocientos centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, donde se cometieron delitos contra la humanidad como secuestros, torturas, desapariciones forzadas, vuelos de la muerte, delitos sexuales, robo de bebés, asesinatos y robo de bienes. En las cárceles, las presas y presos políticos también fueron víctimas de los delitos de la dictadura. En las calles, el horror, el miedo como política de Estado, la censura a la prensa como amenaza y persecución concreta, un plan económico de exclusión para la mayoría y de enriquecimiento abismal de una minoría, una deuda externa que empobreció a generaciones, fueron crímenes contra todo el pueblo.

Miles de exiliados y exiliadas por la persecución y la muerte: el terrorismo de Estado estaba en todas partes. En las escuelas, las fábricas, los cines, la televisión, la radio, los diarios, los bares, las universidades. Pasaron 42 años de aquella madrugada entre el 23 y el 24 de marzo en la que los genocidas empezaron a decidir sobre la vida y la muerte del pueblo. Comunicados numerados para informar el horror; la cúpula de la Iglesia sentada en la misma mesa que Videla y los grupos económicos como Clarín, La Nación, La Nueva Provincia o la Editorial Atlántida; la Sociedad Rural Argentina, Ledesma, Ford, Fiat, Mercedes Benz, La Veloz del Norte, Acindar, Dálmine-Siderca y Loma Negra; la embajada de los Estados Unidos de Norteamérica; la corporación judicial cómplice rechazando miles de hábeas corpus; y el “no te metás” como campaña del miedo, fueron las formas cotidianas de ese terrorismo de Estado. Un Mundial de Fútbol a medida del silencio, una Guerra por las Malvinas como intento de continuar un proyecto de muerte.
Además, expresamos nuestro repudio al acuerdo firmado por el Gobierno para favorecer los intereses británicos en el Atlántico Sur en contra de los intereses argentinos, violando la Constitución Nacional y leyes vigentes.

¡Defendemos nuestra soberanía! ¡Las Malvinas son Argentinas!
Al mismo tiempo, en las calles de la Argentina y en la prensa del mundo, comenzaba la resistencia de los pañuelos blancos. Las Madres, Abuelas, Familiares salieron a las calles a preguntar dónde estaban los desaparecidos y sus hijos nacidos en cautiverio. A ellas les dijeron “locas”. Más de 40 años después, siguen siendo un ejemplo internacional de la lucha por los derechos humanos y están acá, en esta Plaza, una vez más, de pie.

Hoy mientras intentan imponer el miedo, mientras aumenta la represión, seguimos defendiendo a la política como herramienta de transformación de la realidad. Por eso, en esta plaza recordamos las militancias de los 30.000 en las organizaciones del Peronismo Revolucionario: UES, Montoneros, FAP, Sacerdotes por el Tercer Mundo y FAL; la tradición guevarista del PRT, Ejército Revolucionario del Pueblo; y las tradiciones socialistas y comunistas: Partido Comunista, Vanguardia Comunista, PCR y PST; las luchas en las Ligas Agrarias y en los ingenios azucareros, el Rosariazo, el Cordobazo, y las comisiones internas en las fábricas, el movimiento sindical, estudiantil y popular, y tantos espacios en los que miles de compañeras y compañeros lucharon por ideales de libertad, igualdad, solidaridad y justicia social.
Acá estamos, luchando, con este pueblo que siempre sale a las calles cuando tocan sus derechos. Por eso, porque hoy tenemos un Gobierno cuyo único plan es avasallarlos, en esta Plaza, frente a la Casa Rosada, gritamos:
¡Marchamos contra el ajuste, la represión y la impunidad. Por una democracia sin presas y presos políticos ni genocidas sueltos!

Las políticas de Memoria, Verdad y Justicia no sólo deben continuar, sino también profundizarse, pero desde el 10 de diciembre de 2015 a esta parte, fueron blanco de una agresión deliberada del poder ejecutivo. Desde la Secretaría de Derechos Humanos a cargo de Claudio Avruj, se vaciaron áreas vinculadas a políticas de Memoria, Verdad y Justicia, y se despidió a parte de las trabajadoras y trabajadores que las sostenían. También fueron desmanteladas las Direcciones de Derechos Humanos del Ministerio de Seguridad y el Banco Central dedicadas a buscar documentación de la dictadura, y corre el mismo riesgo el equipo de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa. Pero los retrocesos no se dan solamente en el ámbito del Poder Ejecutivo, sino también en el Legislativo y el Judicial.

Tenemos que denunciar, una vez más, que el Congreso de la Nación no ha puesto en funcionamiento la comisión bicameral para investigar la participación civil, mientras que en Casación, la Sala III, integrada por Juan Carlos Gemignani, Eduardo Riggi y Carlos Mahiques anularon la condena a Marcos Levin, empresario de La Veloz del Norte. También seguimos esperando que la Corte se pronuncie sobre el fallo del 2×1.

Nos sigue preocupando la demora para los procesos judiciales: la falta de constitución de Tribunales para juicios de lesa humanidad; la distancia entre audiencia y audiencia en los juicios que ya están en instancias orales. Hemos luchado por décadas para que los criminales de lesa humanidad lleguen a la justicia, necesitamos celeridad en estos procesos. Los juicios a los genocidas se constituyeron en un ejemplo ante el mundo, con todas las garantías constitucionales respetadas para los imputados y sin tribunales especiales. Es necesario que continúen en todo el país, porque ya son parte del pueblo argentino.

Hace unos meses, el Gobierno y la Corte Suprema intentaron instalar la impunidad a los genocidas con el 2×1. No pudieron. Se vino el pañuelazo: un millón de personas en todas las plazas del país lo frenamos y dijimos bien fuerte: ¡Nunca más un genocida suelto!

Hoy, queremos aprovechar esta plaza para reivindicar la lucha de todos aquellos que se movilizaron y se movilizan contra el silencio y por la vida. ¡Gracias! ¡Luchar vale la pena, claro que sí!

Alertamos sobre el uso de las prisiones domiciliarias como una forma solapada de impunidad. El Gobierno intenta otorgar este beneficio a los genocidas de forma indiscriminada, sin hacer una evaluación caso por caso. En la actualidad, 580 represores gozan de este privilegio, y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, dependiente de Germán Garavano, mediante el Servicio Penitenciario Federal, busca ampliar ese número. De esta forma, quieren beneficiar a genocidas como Astiz, el Turco Julián y el Tigre Acosta.

Fue la lucha del pueblo la que posibilitó que se revocara el privilegio que permitió que el genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz pasara el verano en una casa con pileta en Mar del Plata, en tanto seguimos exigiendo saber qué pasó con Jorge Julio López y exigiendo el Juicio y Castigo a todos los culpables.
Mientras hay presos comunes hacinados en las cárceles, hay 100 genocidas que viven en una cárcel vip en Campo de Mayo. El mismo lugar donde en dictadura funcionó un centro clandestino de detención y una maternidad clandestina. Esos sitios contienen pruebas de los delitos cometidos por los dictadores y sus cómplices, y deben ser preservados como prueba de estos crímenes. Es por eso que resulta una ofensa que el presidente Mauricio Macri pretenda convertirlo en un Parque Nacional.

Con la complicidad del Poder Judicial, desde que asumió este Gobierno fueron sobreseídos de las causas Herrera de Noble, Mitre, Magnetto, Blaquier, Massot. La Justicia los sobreseyó y el Gobierno no apeló esas decisiones, en sintonía con el paradigma ideológico que quieren imponernos.
El año pasado logramos sentencias históricas en Mendoza, donde se condenó a la corporación judicial que también fue la dictadura; en Tucumán, por el Operativo Independencia, aunque el fallo no haya alcanzado todo lo esperado; y en esta ciudad, por la Megacausa ESMA, donde se condenó por primera vez el accionar criminal de los vuelos de la muerte.

Queda mucho pendiente sobre el juzgamiento de esos juicios de lesa humanidad, como también de los cometidos en el marco de la Guerra por las Malvinas. Seguimos acompañando el reclamo de los ex combatientes para que sean juzgados esos delitos y se logren las identificaciones de todos los que fueron enterrados sin nombre.

También queremos destacar que cuando hay voluntad política, los derechos humanos pueden ser políticas de Estado. Así quedó demostrado durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, donde muchas de nuestras banderas se hicieron realidad. Hace 14 años, un 24 de marzo, Néstor Kirchner bajó los cuadros de Jorge Videla y Reynaldo Bignone del Colegio Militar. Esos genocidas murieron juzgados y condenados a prisión perpetua y en una cárcel común gracias a la lucha del pueblo. Por eso, le reiteramos al Gobierno que no permitiremos ni un retroceso en Memoria, Verdad y Justicia. ¡Ni un genocida más suelto!

Ya llevamos 42 años buscando a nuestras nietas y nietos desaparecidos. Hemos resuelto 127 casos, pero aún son cientos los hombres y mujeres que viven con su identidad falseada. Somos muchas las familias que necesitamos saber dónde están, qué hicieron con los niños secuestrados junto nuestros hijos e hijas, y con los cientos de bebés nacidos en cautiverio. Las restituciones nos han traído la certeza de sus nacimientos, pero el siniestro plan de robo y sustitución de identidad aún nos impide hallarlos. Necesitamos la ayuda de toda la sociedad para encontrarlos. Es deber de todos como ciudadanos de este suelo, saber qué pasó con ellos y ellas. Hasta que el último de esos niños -hoy hombres y mujeres- no aparezca, la identidad de todos y todas está en duda. Nuestra sociedad debe construir su identidad desde la verdad. Es imperioso que quienes tengan algún dato sobre un posible hijo o hija de desaparecidos, lo acerque a Abuelas. Ya no hay tiempo para secretos familiares guardados bajo siete llaves, o momentos especiales para contar lo que hace décadas nos incomoda. Anímense a decir lo que saben, porque detrás de ese rumor puede estar la libertad de uno de nuestros nietos. Hoy buscamos a hombres y mujeres de alrededor de 40 años, muchos de ellos madres y padres, por eso la identidad de sus hijos también está afectada y también tienen derecho a conocer su origen, su historia. La identidad es un derecho, que entre todos debemos garantizar.

Y así como denunciamos una connivencia de un sector del Poder Judicial con la impunidad, también queremos destacar a todos aquellos funcionarios judiciales, que aún bajo presiones y amenazas, continúan avanzando en aquello que consideran justo. No es casualidad que el Gobierno nacional persiga a los jueces y fiscales del Poder Judicial que han investigado y avanzando en las causas de lesa humanidad. La presión ejercida mediante la apertura de procesos ante la justicia y ante el Consejo de la Magistratura es inaudita, luego de 35 años de democracia. Queremos una Poder Judicial independiente y a la altura de las conquistas en materia de derechos humanos de nuestro pueblo.

Se persigue a quien piensa, opina o actúa distinto. En estos dos, años hemos visto y vivido en carne propia cómo han avanzado con el cercenamiento de la libertad de expresión. La modificación de la Ley de Medios, el despido de periodistas en medios públicos y privados, el cierre de medios de comunicación, a la par del aumento de la concentración en unos pocos, los mismos de siempre, son ejemplos de lo que sucede en nuestro país. Los medios que fueron órganos de propaganda del terrorismo de Estado, cuyos dueños fueron partícipes, siguen siendo hoy los voceros del negacionismo, la mentira y las operaciones de prensa. Son los mismos que con delitos de lesa humanidad se robaron la empresa Papel Prensa.

No debemos naturalizar estos hechos, como tampoco el intento de acallar las voces de todos aquellos periodistas que denuncian, investigan y son un grito ante tanto silencio hegemónico mediático. ¡Nunca más el silencio! Sigamos luchando por un país con libertad de expresión.

No podemos tolerar que se persiga y encarcele a opositores al Gobierno. Las y los militantes del campo popular que nos oponemos a este Gobierno somos víctimas de los ataques de los medios hegemónicos, de las denuncias infundadas, de la represión policial y amenazas, y de la persecución judicial.

Nos solidarizamos con todos aquellos que son perseguidos, simplemente por denunciar y oponerse a las políticas de la alianza Cambiemos. Y, en especial, queremos abrazar a las compañeras y compañeros de los sindicatos, que están siendo atacados: ¡Unidad, de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode! ¡Unidad de las trabajadoras, y al que no le guste, que se joda, que se joda!

También nos solidarizamos con las presas y presos políticos. Desde diciembre de 2015, la cantidad de presos por razones políticas ha aumentado. Compañeras y compañeros a quienes no se les ha probado ningún delito ni tienen condena, están privados de su libertad. En este país la ley no es igual para todos: tenemos un Presidente que asumió procesado y en libertad.
En esta Plaza del pueblo venimos a pedir la libertad de nuestras presas y presos políticos, porque no los olvidamos y queremos verlos pronto nuevamente luchando en las calles. Esta mañana, los compañeros Carlos Zannini y Luis D´Elía fueron liberados. Es un acto de justicia que nos alienta a seguir reclamando por todas y todos los compañeros. No aceptaremos la persecución desde el Gobierno Nacional a quienes fueron funcionarios como tampoco a los dirigentes sociales. También queremos exigir la libertad de quienes luchan por sus tierras ancestrales. Queremos afirmar que los compañeros que fueron detenidos durante la razzia posterior a la marcha contra la reforma previsional en diciembre pasado, son presos políticos de este Gobierno, porque los motivos para estar privados de su libertad no son jurídicos: son políticos. Están encerrados por su militancia y oposición al Gobierno antipueblo. Y estamos aquí para exigir la libertad y el desprocesamiento de los luchadores populares. ¡A los genocidas, la cárcel ya! ¡A los compañeros y compañeras, la libertad!

El 1º de agosto del año pasado, Gendarmería realizó un operativo violento e ilegal en el territorio de la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia que se manifestaba en defensa de tierras ancestrales. Ese día tuvo lugar la desaparición de Santiago Maldonado que fue encontrado muerto casi 80 días después en el Rio Chubut. Pero no fue el río: fue el Estado, y el Gobierno es responsable. Por eso seguimos exigiendo que se investiguen todas las participaciones en el hecho, desde los gendarmes hasta el Presidente y que de una vez por todas sea apartada la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y Pablo Noceti, su jefe de Gabinete, quienes han demostrado que la única seguridad que pueden dar es la de atentar contra la vida desde el Estado. También repudiamos categóricamente el accionar de los medios dominantes, que instalaron operaciones de prensa para atacar a la familia Maldonado e intentar demonizar la lucha de las comunidades.

El 25 de noviembre pasado, la Prefectura asesinó a Rafael Nahuel con un tiro por la espalda. Él también defendía las tierras. A él también lo mató el Estado y luego intentaron culparlo. El mismo método represivo se repite ante las mismas luchas, para defender los intereses de los grupos económicos transnacionales, como el de Joe Lewis, amigo del Presidente Macri.
Acá, frente a la Casa Rosada, decimos: ¡¿qué hicieron con Santiago Maldonado?! ¡Justicia por Santiago y Rafael! ¡Juicio y Castigo a todos los culpables!

La violencia institucional hoy es una política de Estado, desplegada por el país, refrendada por un Presidente que felicita a un policía que ejerce la pena de muerte, como lo hizo con Luis Chocobar. Es inadmisible ese mensaje en democracia, como también lo es el accionar de Nicolás González Montes de Oca y Mauro Díaz Cáceres, integrantes de la Policía de Tucumán que asesinó a Facundo Ferreira. Decimos una vez más: ¡Basta de matar! ¡Ni un pibe ni una piba menos!

Conocemos lo que es tener familiares desaparecidos. Por eso, con profundo dolor queremos desde aquí acompañar a las familias de los tripulantes desaparecidos del ARA San Juan. Estamos cansados de que así como sucedió con la familia Maldonado, hoy el Gobierno nacional nuevamente destrate a las familias, oculte la verdad y ampare a los responsables de la tragedia del submarino. Basta de silencios cómplices. Dígannos qué pasó, dónde están esos cuerpos, y quiénes son los responsables de esta tragedia.

Todas estas situaciones son algunas de las que tenemos en el país, en el que se vulnera a diario el Estado de Derecho. Buscan que el miedo discipline a la sociedad para que no salgamos a las calles a defender nuestros derechos. Para eso usan la represión: así fue con la Escuela itinerante de la lucha docente, con la protesta contra la reforma previsional antipueblo, así lo hacen de manera permanente con las comunidades originarias y con las mujeres organizadas. No lo vamos a permitir. Ya conocemos cómo es una sociedad con miedo, pero también sabemos que, aunque intenten instalarlo, este pueblo dijo NUNCA MÁS.

Seguimos defendiendo la Patria Grande, esa por la que lucharon los 30.000 y seguimos luchando. Por eso, repudiamos el terrorismo de Estado en México donde aumentan las desapariciones forzadas y asesinatos. En Brasil expresamos nuestro más enérgico repudio y pedimos el esclarecimiento del asesinato de Marielle Franco, Anderson Pedro Gomes y de Paulo Henrique Dourado Teixeira en un país militarizado por el gobierno de Temer, quien llegó al poder a través de un golpe parlamentario. Acompañamos al pueblo colombiano en su búsqueda de paz, y exigimos al gobierno de Santos el cumplimiento de los acuerdos alcanzados. Nos proclamamos solidarios con los pueblos de Nuestra América en la lucha por su autodeterminación y nos reconocemos en la resistencia contra la agresión imperialista de los pueblos de Venezuela y Cuba.

Repudiamos el discurso xenófobo y discriminatorio que se intenta imponer desde los medios de comunicación hegemónicos locales y desde el Gobierno hacia los nuestras hermanas y hermanos latinoamericanos que vienen a nuestra patria en busca de mejores condiciones para ellos y sus familias. Somos parte de la Patria Grande que soñaron Bolívar, San Martín, O’ Higgins, Artigas y Juana Azurduy. ¡Migrar es un derecho humano!
Expresamos nuestro profundo rechazo a la cesación del Refugio Político a Galvarino Sergio Apablaza Guerra, víctima por décadas de persecución política en Chile. Exigimos al Gobierno nacional respeto a la ley argentina y a la Convención Internacional sobre el Estatuto de Refugiados y condenamos la expulsión y el decreto discriminatorio firmado por el presidente contra Apablaza.

A 42 años del Golpe cívico-militar, denunciamos el mismo plan económico y sostenemos la misma lucha. Por eso, hoy marchamos contra el ajuste, la represión y la impunidad. Por una democracia sin presas y presos políticos ni genocidas sueltos.

Ante un Gobierno que vulnera los derechos del pueblo, seguimos respondiendo con lucha, compromiso y solidaridad. Vamos a seguir en las calles, las plazas, las luchas. Vamos a seguir gritando ¡PRESENTES! por los 30.000, porque detrás del negacionismo está el intento de olvido, y detrás del intento de olvido está la intención de desmovilizarnos. No nos han vencido: ¡estamos acá, en unidad, con el pueblo, con las banderas de los 30.000 en alto!

¡LIBERTAD A LAS PRESAS Y PRESOS POLÍTICOS!
¡RESTITUCIÓN DE LA IDENTIDAD DE LOS NIETOS Y NIETAS!
¡JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENOCIDAS Y PARTÍCIPES CIVILES!
¡BASTA DE AJUSTE Y REPRESIÓN AL PUEBLO!

Abuelas de Plaza de Mayo
Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora
Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas
H.I.J.O.S. Capital
Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
APDH La Matanza
Asociación Buena Memoria
Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte
Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz
Fundación Memoria Histórica
Ligar Argentina por los Derechos del Hombre
Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos

La palabra de Hebe de Bonafini en la intervención de Asociación Madres

La Asociación Madres de Plaza de Mayo también participó de la movilización que repudió el 42º aniversario del golpe cívico-militar. Como lo vienen haciendo desde hace ya varios años, las Madres se movilizaron en el acoplado de un camión que salió de su sede, en Congreso, y que, en 9 de Julio, se sumó a la multitud que avanzaba por Avenida de Mayo hacia la Plaza histórica que les dio el nombre.

En el trayecto, las Madres recibieron un sinfín de muestras de afecto y cariño. Emoción, llanto, aplausos, apoyos, canciones a viva voz fueron algunas de las demostraciones que recibieron. En el camión junto a ellas, las acompañaban los diputados de la provincia de Buenos Aires, Florencia Saintout (jefa de la bancada FpV-Unidad Ciudadana) y Miguel Fuenes; sus pares del Senado, Teresita García (jefa del bloque) y Darío Díaz Pérez; el intendente de San Antonio de Areco, Francisco Paco Durañona; los sacerdotes Juan Carlos Molina y Francisco Paco Olveira; los periodistas Nora Veiras y Javier Romero. Promediando el trayecto, se subieron al camión el ex vicepresidente Amado Boudou y el secretario general de ATE-Capital, Daniel Catalano.

Foto Madres

 

Una vez que el camión frenó su marcha en Av. de Mayo, a metros de Bolívar, hizo uso de la palabra la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. Su discurso comenzó con un pedido de disculpas: “Quiero empezar pidiendo perdón a todos lxs pibxs que mataron por la espalda. ¿Qué hay que hacer con los que están robando al país?”. Y continuó: “Perdón, pibes, porque no hicimos marchas por ustedes, perdón porque hay algunos que todavía están diciendo ‘Y bueno, si roban’, pero no miran de dónde vienen porque nosotros no les dimos la oportunidad para que fueran otra cosa. Vienen de hogares con padres y madres presos, hogares con hambre, descalzos, ¿qué les vamos a pedir? ¿Qué sean buenos, qué nos quieran? Si roban un celular,  ¿tienen derecho a matarlos por la espalda como perros? Nosotros no hicimos marchas por ellos y nos les dimos oportunidad.  Todos tenemos que pedir perdón porque todos somos responsables. A veces decimos, juzgamos y prejuzgamos a los ‘pibes chorros’. Hay que pedir por ellos, hacer por ellos, darles oportunidades”.

Luego se refirió a la “política”, tan vilipendiada en los tiempos que corren: “La política tiene que ser lealtad y solidaridad, hace 41 años que estamos en esta Plaza pero hace muchos años más que nuestros hijos militaron y nos enseñaron que la solidaridad era la principal parte de la política. La política es lealtad, solidaridad y respeto. No todos son chorros y corruptos, hay un montón de hombres  y mujeres que luchan y pelean para conseguir otra patria. Y luego exigió a lxs miles de personas que escuchaban atentamente su discurso: “No prejuzguemos, tratemos de hacer política desde el lugar que nos toca  y no como camino para conseguir un cargo. La política no es un cargo, es una manera de vivir. Nuestrxs hijxs dieron la vida por esta Patria”.

La Asociación Madres además criticó el encuentro de Estela de Carlotto y María Eugenia Vidal y cuestionó la censura a su intervención del “Encuentro Memoria, Verdad y Justicia”. “Muchos de los que estuvieron en ese escenario hoy negocian con la Vidal, nosotros no vamos a negociar con Vidal, por eso ponen el micrófono”, denunció Bonafini. Continuó en ese sentido: “Los que negocian con la Vidal no quieren que hablemos, pero nadie nos va a tapar la boca, compañerxs. Habrá algunos que escuchen y otros que no, pero no nos van a tocar la boca”.

El final del discurso de Hebe de Bonafini fue claro y contundente: “Lo que quiero que sepan es que las Madres estamos de un solo lado, del lado de los que nos necesitan, del lado de ustedes, de los que no tienen trabajo, ahí estamos, en ese lado”.

https://www.facebook.com/AudiovisualMadres/videos/1848889602075483/

 

Ante la imposibilidad, las Madres decidieron que el camión continuara su trayecto por Avenida de Mayo hasta Diagonal Sur, para continuar con las palabras de Hebe en la puerta de la Asociación. Al llegar allí, luego de recorrer a paso de hombre las cuadras, acompañadas por miles de personas, Hebe retomó su discurso y volvió a diferenciarse de otros organismos de derechos humanos. “Ellos fueron de escritorio y nosotros salimos a la calle. Nosotros somos Madres de los 30.000, de todos, por eso nadie conoce a nuestros hijos en especial. Porque todos querían lo mismo”. Continuó enumerando los pilares de la organización que preside y que la diferencian del esto: “Socializamos la maternidad y nos hicimos Madres de todos; no reconocemos la muerte de nuestros hijos porque un revolucionario nunca muere para su pueblo y porque están ustedes, que son los que los representan; no le pusimos precio a la vida de nuestros hijos, no cobramos pensión por la desaparición ni reparación económica. Tener un desaparecido no es un privilegio, es una gran tragedia. Las Madres no utilizamos la muerte de nuestros hijos para nada que tenga que ver con el dinero. El capitalismo le pone precio a la vida por eso las Madres nos negamos. Es una concepción política”.

Las Madres le dijimos a Macri que era el enemigo antes que nadie, antes que asumiera y cuando lo hizo, nos quedamos en la Plaza 36 horas para no dejarlo pasar porque la Plaza es del pueblo”. “No lo dejamos entrar en nuestra casa, no vamos a compartir nada con ellos, no le vamos a permitir que entren. Y el pueblo nos va ayudar a defender la Casa y el archivo. A nosotros no nos compra la plata, nos arreglamos como podemos”, añadió en torno a la persecución que son objeto para desalojarlas de su sede y apropiarse de sus archivos.

Antes de terminar, afirmar: “La política no es corrupta ni es traición, son los hombres lo que hacen eso. La política es la mejor acción del hombre: hagámosla con honestidad, con seriedad, con solidaridad y sin traición. No podemos estar un día de un lado y al otro día decir que no somos amigos de Cristina. Es una bajeza”.

“Macri con toda su cría es un asesino. Porque los que matan a un pibe por la espalda porque supuestamente había robado, póngale que sí, que robó un celular o un perfume, y lo matan por la espalda y premian a los que matan. ¿Qué hay que hacer con ellos que nos están robando el país? Tenemos que defender esos pibes, es lo más importante. En la villa no están comiendo. Hay una clase media que no quiere saber nada con los negros, por eso cuando mataron a dos o o tres, nadie salió a la  calle. Tal vez el pibe robó, dicen. Sí, ¿y qué? ¿Por eso lo van a matar?”, sostuvo con vehemencia.

El documento del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia

A 42 años del golpe genocida estamos en la Plaza, en esta jornada de lucha, para repudiar a la dictadura más sangrienta de nuestra historia. Nuestra cita es con la historia construida con tantos años de lucha en las calles, para rendir homenaje a nuestras 30 mil compañeras y compañeros detenidos desaparecidos, y a sus sueños de un país sin opresión ni explotación.

Estamos aquí enfrentando al gobierno de Macri y sus cómplices, que con la impunidad pretenden borrar la memoria del genocidio, y con la represión y el gatillo fácil buscan imponer su plan de ajuste y entrega.

Llegamos a este 24 de Marzo con la amenaza del gobierno de liberar a cientos de genocidas.

-Con la desaparición forzada y la muerte de Santiago Maldonado.

-Con el fusilamiento por la espalda de Rafael Nahuel.

-Con el brutal asesinato de Facundo Ferreira en Tucumán.

-Con la represión a las luchas populares que enfrentan las políticas de ajuste y entrega de Macri.

-Con decenas de presos y perseguidos políticos.

-Y con más gatillo fácil y la doctrina Chocobar.

Es decir, llegamos a este 24 con un avance cualitativo de la política represiva. Pero llegamos también a este 24 con masivas movilizaciones obreras y populares contra la impunidad, el ajuste y la represión.

En las calles y plazas de todo el país, miles y miles nos movilizamos contra el 2×1, por justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, contra la domiciliaria a Etchecolatz, contra el ataque a los derechos de los trabajadores, que impulsa el gobierno nacional con aval de dirigentes sindicales traidores. Nos movilizamos contra la reforma previsional que Macri pactó con gobernadores cómplices.

La resistencia obrera y popular a esas políticas de ajuste y entrega tuvo un antes y un después en las jornadas del 14 y 18 de diciembre. A las marchas masivas, el 18 se sumaron los cacerolazos.

Y el 8 de Marzo, en una jornada histórica, las mujeres colmamos las calles para exigir todos nuestros derechos.

Foto: Facebook Encuentro

 

Tras negar la magnitud del genocidio e intentar reflotar la “teoría de los dos demonios”, Macri y su gobierno buscan la libertad de los genocidas. Primero, a través de sus cómplices en la justicia, con el 2×1. Luego, otorgando la prisión domiciliaria a notorios represores, como Etchecolatz. Pero con el amplio repudio y la movilización popular logramos derrotar ambas maniobras, del mismo modo que hace más de un año logramos que el genocida Milani esté preso.

Ahora, el Ministerio de Justicia y el Servicio Penitenciario pretenden otorgar automáticamente la domiciliaria, y en algunos casos hasta la libertad, a cientos de genocidas, con la excusa de la superpoblación carcelaria.

El gobierno pretende que volvamos a convivir con los pocos genocidas emblemáticos a los que conseguimos mandar a la cárcel tras décadas de impunidad. Más aún: podrían beneficiar con domiciliaria a uno de los genocidas más notorios de la ESMA, el que se infiltró en las Madres, secuestrador y torturador de cientos de compañeros y compañeras: Alfredo Astiz.

Las cosas por su nombre: la domiciliaria es un beneficio que se da a algunos presos. Pero estos genocidas fueron condenados por delitos imprescriptibles, que no se pueden conmutar y que no vencen porque se siguen cometiendo. Al ocultar qué pasó y dónde están nuestras compañeras y compañeros, los siguen desapareciendo. Encima, en los juicios el infame Astiz se burla y provoca una y otra vez a sus víctimas y a los familiares. Por eso exigimos: No a las domiciliarias a los genocidas!

Desde el Encuentro Memoria Verdad y Justicia denunciamos que la negación del genocidio de la dictadura, bajo cualquier forma que asuma, busca eximir al Estado de su responsabilidad en esos crímenes. Una vez más, ratificamos que la lucha contra la impunidad no es una cuestión del pasado: es una prioridad del presente y del futuro.

Ninguno de los gobiernos constitucionales abrió los archivos de la dictadura. Con ello sería posible saber el destino de nuestros compañeros desaparecidos y recuperar la identidad de sus hijos nacidos en cautiverio y apropiados. Este gobierno llegó a poner en duda la desaparición de los 30.000: sólo quiere vía libre e impunidad para reprimir y hacer pasar el ajuste.

Ningún genocida libre! Cárcel común y efectiva!
Apertura de todos los archivos!
Restitución de la identidad de todos los jóvenes apropiados!

A 42 años del golpe, repudiamos a la dictadura que, a costa de la sangre del pueblo, impuso entrega y endeudamiento, explotación y hambre. Repudiamos el genocidio que impuso la desaparición de hombres, mujeres, jóvenes y niños, como paradigma del terror: asesinato, cárcel, exilio, secuestro, tortura, robo de niños. Su objetivo fue aniquilar al movimiento obrero y popular en ascenso, que luchaba por transformaciones de fondo en la Argentina.

El golpe se propuso imponer cambios estructurales en beneficio de los grupos del poder económico, bancos, grandes empresarios, terratenientes e intereses imperialistas. Por eso la dictadura buscó destruir toda forma de organización de los trabajadores y el pueblo, cuerpos de delegados, centros de estudiantes, organizaciones políticas, barriales, profesionales, las más diversas militancias que venían ganando las calles desde el Cordobazo.

La dictadura puso en marcha una maquinaria genocida. Cada ciudad importante del país contó con campos de concentración, tortura y exterminio a cargo de las Fuerzas Armadas y de seguridad.

Denunciamos también los crímenes contra el pueblo que comenzaron a ensayarse antes del golpe, con el Operativo Independencia en Tucumán y el accionar de la Triple A y demás bandas fascistas.

Repudiamos a las patronales y dirigentes sindicales traidores que entregaron cuerpos de delegados, como en Ingenio Ledesma, Mercedes Benz, Ford y otras empresas. A la mayoría de la jerarquía de la Iglesia que los bendijo. A los jueces que los ampararon. A los políticos que los avalaron. Y repudiamos también a los grandes medios de comunicación que les lavaron la cara a todos ellos.

Por todos y cada uno de los compañeros desaparecidos, por cada uno de los atropellos que sufrió nuestro pueblo: Seguimos luchando contra la impunidad de ayer y de hoy.

• No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!

La movilización sistemática de las organizaciones populares y la rebelión del 19 y 20 de diciembre de 2001, que volteó al gobierno de De la Rúa y cuestionó la gobernabilidad del sistema, hicieron posible ese enorme logro que fue la anulación de las leyes de impunidad de Alfonsín.

Así se abrió la posibilidad de juzgar a los genocidas. Fueron décadas de lucha sostenida de nuestro pueblo contra la impunidad las que permitieron llevar a juicio a los genocidas. Fue una conquista histórica, inédita en el mundo por su magnitud, fruto de la movilización popular y no mérito de gobierno alguno.

Hemos logrado juicios en muchos lugares del país. Se logró la condena de 853 represores, menos de la mitad de los procesados.

Como hubo más de 600 Centros Clandestinos de Detención, las condenas alcanzan a poco más de un genocida por campo de concentración.

La mitad de los represores con causas abiertas (más de 540) gozan de domiciliaria, otorgada en su mayoría durante el anterior gobierno. A eso se agregarían otros 110, que el gobierno actual pretende enviar a sus casas con tobillera electrónica. El gobierno de Macri no sólo produce impunidad, sino que hace campaña por la impunidad.

Hemos logrado que el genocida Etchecolatz vuelva al único lugar del que nunca debió salir: la cárcel. Y seguimos exigiendo, como desde el primer día, que se lo investigue y juzgue por la segunda desaparición de nuestro compañero Jorge Julio López.

También como producto de la lucha popular el genocida Milani está preso, tras haber sido nombrado en 2013 Jefe del Ejército, desoyendo las denuncias de los familiares y sus víctimas apoyadas por el Encuentro Memoria Verdad y Justicia.

Los socios y cómplices civiles de la dictadura (empresarios, jueces, políticos) permanecen impunes. Lo mismo con los crímenes de la Triple A y otras bandas fascistas. Miles de militares, policías, jueces, fiscales, miembros del aparato de inteligencia, que actuaron bajo la dictadura, siguen en funciones.

Lee el documento completo del Encuentro: documento-24-de-marzo-2018