La magíster María del Carmen Ludi analiza las prácticas de cuidado y los procesos de la vejez. Con su experiencia, reflexiona sobre los recorridos y desafíos del proyecto de investigación que encabeza en la Facultad de Trabajo Social de la UNER.
Durante más de dos décadas de docencia, extensión e investigación, la magíster en Trabajo Social María del Carmen Ludi aborda las prácticas de cuidado de los viejos y los procesos de envejecimiento en la sociedad moderna desde la Universidad Nacional de Entre Ríos. Un recorrido que se fue institucionalizando en el camino colectivo de la Facultad de Trabajo Social. Aquí algunos elementos para analizar sobre estas temáticas en clave de restitución de derechos.
Periodista: Un enfoque muy importante por estos tiempos, el del “cuidado” durante la vejez
María del Carmen Ludi: En este caso, la tarea se inscribe en el proyecto de investigación “Envejecimiento y Vejez. Prácticas de Cuidado y Procesos de Envejecimiento en el actual contexto”. El tema de estudio surge como línea de continuidad de preocupaciones y apuestas en relación al trabajo realizado por más de 25 años, desde los espacios de docencia, extensión e investigación universitaria en el contexto de la ciudad de Paraná y de la provincia de Entre Ríos, desde la Facultad de Trabajo Social de la UNER, en el campo envejecimiento y vejez.
-El “cuidado” analizado desde diversos sectores
-Precisamente, es necesario explorar la relación prácticas de cuidado-procesos de envejecimiento y dar cuenta de algunos aspectos de la misma, por ejemplo las características que asumen las prácticas de cuidado de personas mayores -formal e informal-, ligadas a familias y organizaciones públicas; cómo operan los vínculos en tanto respuestas a necesidades y requerimientos; cuidado como opción laboral o elección; el cuidado del cuidador; tensiones y desafíos ante las configuraciones familiares en el actual contexto.
-¿Surge como necesario el tener mayor conocimiento, atención y recursos sobre el cuidado de nuestros abuelos?
-Esta investigación se focalizará en conocer y comprender los principales aspectos del tema, por parte de cuidadores formales e informales, en el espacio familiar-domiciliario e institucional. Es una problemática y, por ello, debemos comprender e interpretar la misma, sus características, tensiones y desafíos. A su vez, resulta indispensable profundizar el trabajo al interior de la Universidad, de la Facultad y en relación al medio social en que éstas se insertan. Así podremos realizar aportes teórico-metodológicos en el campo “Envejecimiento y Vejez”, específicamente en la cuestión del “cuidado” de personas mayores, como también aportar elementos a organismos específicos para pensar políticas público-sociales incluyentes y contenedoras, acordes a necesidades, deseos, intereses y demandas de viejos y viejas, que tiendan a revalorizar su lugar y condición humana.
-¿Profundizamos sobre el “cuidado”?
-Entendemos que el término “cuidar” posee un carácter polisémico; se lo relaciona con atender, asistir, velar, esmerarse, imaginar, pensar, meditar, reflexionar, vigilar, tratar, prevenir, preocuparse, interesarse, implicarse, dar afecto y proteger. En la misma línea, consideramos un aspecto central en el tema “cuidados”, que está relacionado a la idea de protección cercana que la familia realiza o debiera realizar. Destacamos que en la última investigación, desde el punto de vista de las personas mayores involucradas, muchos de los entrevistados hacían referencia al “cuidado” como mandato que se reproduce en el espacio familiar. Las modificaciones en las relaciones de interdependencia y de la trayectoria demográfica, hace que haya menos miembros de la familia que cuiden o que trabajen en la empresa familiar, afectando la reciprocidad de cuidados y apoyo entre padres e hijos-nietos.
-¿Cómo se establecen los vínculos y cuidados dentro de núcleo familiar actualmente?
-Enfrentamos un nuevo fenómeno de la sociedad contemporánea a tener en cuenta; numerosísimos viejos-jóvenes y viejos-viejos conviviendo o al menos relacionados familiarmente; personas de entre 60 y 70 “cuidando”, “haciéndose cargo” de viejos de entre 80 y más. La familia comienza a “hacerse cargo” a medida que va dándose cuenta de las cosas que los abuelos ya no pueden afrontar. Así, se generan distintos tipos de apoyo o se refuerza el que se venía dando, se comparten tareas domésticas, mandados, se brinda mayor acompañamiento, lo que dependerá también de la situación de salud de los viejos.
Otras veces, la necesidad de cuidado se da de manera repentina ante una crisis de salud muy fuerte, entonces la resolución tiene que ser rápida, surgiendo en algunos, sentimientos de ambivalencia en el sentido de hacerse cargo de los padres o delegar su cuidado a otra persona. Para los abuelos y su familia, la cuestión de la dependencia constituye un aspecto muy importante a considerar como problemática, sobre todo lo que atañe a la subsistencia económica y la salud. El riesgo de enfermar y morir forman parte también de su vida cotidiana; la invalidez consti¬tuye la amenaza más seria a cualquier estrategia de vida inde-pendiente.
-¿Aquí surge un aspecto fundamental el económico?
-La necesidad de sostén del anciano y fundamentalmente del anciano enfermo, genera un espacio de tensión en la relación familia-protección. La atención de un enfermo crónico, demanda un monto considerable de recursos de diferentes características y aquí aparece uno de los principales obstáculos para estos sectores marginalizados social y económicamente, ya que a algunas desventajas propias de la vejez se les suman las de la pobreza. Casi siempre ante la situación de salud de los abuelos, la familia recurre a los propios recursos para poder enfrentarlos.
-Mencionabas los diferentes tipos de cuidadores para los ancianos…
-Sí, en esta investigación identificamos tipos y características del cuidado de personas mayores, relacionados con prácticas de cuidado en domicilio,-cuidadores informales y formales (viviendas protegidas, cuidados domiciliarios, adaptación de hábitat y viviendas, servicio de teleasistencia, centros de día, entre otros) y prácticas de cuidado en contextos de institucionalización -cuidadores formales- (instituciones gerontológicas colectivas de residencia permanente, respecto de las cuales diferenciamos: público-estatales -de dependencia nacional, provincial, municipal-; público-sociedades -asociaciones, fundaciones, de bien público y sin fines de lucro-; y privadas -con fines de lucro-; prestadoras de servicios a ancianos autoválidos, semidependientes y dependientes).
-¿La situación de los cuidadores formados es apta en lo que respecta a su encuadre laboral?
-Coincidimos con Laura Golpe, cuando sostiene que hay que “…remarcar un componente prioritario para las instituciones que ejecutan las tecnologías formativas; es necesario generar los dispositivos comunitarios para apoyar el papel de los cuidadores gerontológicos externos al hogar pertenecientes al modelo desfamiliarizado, a fin de que la sociedad les otorgue la justa dignificación emanada del trabajo domiciliario e institucional con una formación competente y humanizada. Estas acciones permitirían planificar y generar un espacio laboral digno, calificado y remunerado, regulado por normas éticas y jurídicas en el marco de lo que la Organización Internacional del Trabajo”.
-Finalmente, ¿qué rol ocupa el Estado en esta problemática?
-Es imprescindible entonces en la tarea de cuidar, el apoyo del Estado a través de programas específicos, sobre todo para aquellas familias de sectores de pobreza, en que solas no pueden hacerse cargo de dicho desafío. Como Trabajadores Sociales, identificamos algunos ejes de debate y principales desafíos, que involucran a las diferentes profesiones con la Gerontología como campo interdisciplinario, en el que ha habido grandes avances.
Desde esta perspectiva, entendemos el trabajo con abuelos, grupos, organizaciones en relación a condiciones materiales y simbólicas de vida; a dispositivos de protección social; a recreación, turismo, ocupación del tiempo libre; actividades tendientes a fortalecer vitalidad, desde otra lógica, que implica procesos de reflexión crítica acerca del envejecimiento; que aporten de forma innovadora a la agenda pública del Estado y de organizaciones de la sociedad civil: Por otra parte, consideramos la conformación de equipos interdisciplinarios de trabajo para analizar, problematizar diferentes situaciones de vejez, mejorar estrategias de intervención, teniendo en cuenta el contexto; las tensiones permanentes entre las significaciones que la vejez tiene para cada uno de los viejos que la viven y los imaginarios y representaciones sociales desde el otro que son la familia. Sociedad, Mercado y Estado, como principales actores en el proceso de construcción de ciudadanía y ejercicio de derechos.
Fuente: UNER