Asamblea en defensa del cine argentino: “Esto es un golpe de Estado a la autarquía del Instituto”

Los distintos sectores del cine argentino se manifestaron en contra del vaciamiento y de la intervención del Instituto que lo regula. También respaldaron a la Escuela Nacional de Cine.

Tenía razón el productor Ignacio Rey cuando, micrófono en mano, marcó la paradoja encerrada en la idea de estar en un cine sin butacas libres y con público en el piso, y que el motivo no haya sido ver una película. Lo que sobrevolaba ayer a la tarde en la sala mayor del Espacio Incaa Gaumont no era la alegría del rito comunitario de la pantalla blanca, sino un profundo sentimiento de desazón por el presente e incertidumbre por un futuro que asoma tormentoso.

Hasta la sala insignia del cine nacional se arrimaron representantes de todos los sectores de la industria audiovisual. Fue a raíz de una asamblea abierta convocada por los estudiantes de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc) en respaldo a su rector, Pablo Rovito, a quien un informe emitido el martes en el programa Animales Sueltos, del canal América –tildado de “opereta” incluso por un cineasta de filiación macrista, como Juan José Campanella– implicó en una supuesta trama de corrupción dentro del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa).

Por esa razón el ministro de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, obligó el miércoles a renunciar a Alejandro Cacetta, hasta entonces presidente del Incaa, ente autárquico del cual depende la Enerc. El encuentro de ayer culminó con una hoja de ruta que establece una serie de medidas a tomar de aquí en adelante, para evitar el vaciamiento del cine argentino y la intervención del Instituto que lo regula.

“Desde que pasaron el informe se viene diciendo que Rovito llegó al cargo de forma ilegal, lo que es mentira porque lo hizo gracias a un concurso que lo legitimó. A fines de este año tenía que renovarlo, pero ya era muy probable que no se presentara porque no concuerda con las políticas culturales actuales”, aseguró a este diario Fabrizio Rodríguez, miembro del Consejo Académico de la Enerc y uno de los principales promotores de la jornada de ayer. En ese contexto, diversos medios de una línea editorial cercana al gobierno daban por segura una renuncia que se oficializaría el próximo lunes. “Rovito nos dijo que todavía estaba en el sillón de rector, pero que era probable que a principios de la semana que viene no estuviera más porque pensaba dar un paso al costado”, confirmó Rodríguez. Ante esa potencial acefalía, el temor a una intervención está latente. “No sabemos qué decisión puede tomar el Ministerio de Cultura y, al no tener rector asegurado, tampoco tenemos idea de qué puede pasar con nuestra escuela. Tenemos bastante miedo de que no se siga trabajando como viene haciéndose hasta ahora. Aspiramos a que, si efectivamente renuncia, se llame a un concurso lo más rápido posible para que no tome cartas en el asunto alguien que no tenga nada que ver con el mundo del cine”, agregó.

Esos dichos estuvieron en línea con lo manifestado por la Asamblea de la Enerc, realizada el miércoles a última hora a raíz de un informe presentado por el periodista Eduardo Feinmann que aseguraba que la Escuela había gastado ocho millones de dólares sin hacer los cambios de infraestructura en la sede de la Ciudad de Buenos Aires, en Moreno 1199. Desde esa Asamblea salió la convocatoria a otra aún mayor que involucrara a todos los sectores y que sirviera de muestra de fuerza y unidad. “Apoyamos la gestión realizada por el actual rector, señalando que es el primero en llegar a ese cargo tras ser elegido en un concurso público. Su designación es totalmente legítima y no deviene de un nombramiento político. Sostenemos que se debe mantener el concurso como método institucional para esta designación. Llamamos a resguardar nuestra escuela por ser formadora de profesionales del cine desde 1965, contando con cinco sedes, cuatro de ellas abiertas por esta gestión en cada una de las regiones del país con una práctica federal de la enseñanza”, rezaba el comunicado.

La convocatoria estaba pautada para las 15 en la puerta del cine Gaumont. Minutos antes ya había unas cuantas decenas de productores, actores, actrices, técnicos, empleados del Incaa, estudiantes, docentes, periodistas y allegados al mundo audiovisual nacional. A medida que se acercaba la hora señalada, se convirtieron en varios centenares. Incluso la mismísima sala 1 del complejo, una de las más grandes del país, quedó chica ante la cantidad de hombres y mujeres dispuestos a prestar su voz con la idea de establecer un plan de lucha común a todo el sector de cara a lo que viene. Los pedidos y reclamos coincidieron no sólo en el respaldo a la gestión de Rovito, a cargo de la Enerc desde 2011, sino también en el pedido de trasparencia en la elección del próximo presidente del Incaa y en la manutención de los fondos del Plan de Fomento. “Esto es un golpe de estado a la autarquía del Instituto, tenemos que estar todos juntos para defender el cine y la cultura”, pidió el realizador Rodolfo Durán, miembro del DIC (Directores Independientes de Cine) y primer orador de la jornada. “El Fondo tiene que ser intocable. Hay que estar alertas para que nos encuentren dormidos”, agregaron desde la Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales (APIMA), entidad entre cuyos fundadores figura el propio Rovito.

Le siguieron diversos oradores que representaron a prácticamente todo el espectro del quehacer cinematográfico, desde asociaciones de documentalistas como DOCA y ADN, quienes manifestaron su repudio a un nuevo Plan de Fomento que elimina gran parte de los canales de financiación más habituales en este tipo de producciones, hasta las entidades que nuclean a los sonidistas (ASA) y a los directores de fotografía (ADF). En nombre de estos últimos habló Félix “Chango” Monti, uno de los más prestigiosos del país. “Todos sufrimos este golpe. Se ataca a la cultura y la libertad de trabajar. Estamos unidos a la Enerc, a Rovito, al Incaa y a la posibilidad de un país libre”, afirmó. También pasaron miembros de SAE (Sociedad Argentina de Editores), SICA (Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina), CAIC (Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica) y Red Argentina de Festivales y Muestras Audiovisuales (Rafma), entre otros. Por los actores tomó la palabra Edgardo Nieva, quien señaló: “Los argentinos no podemos tener un Ministro del Cultura como Avelluto, que atropella nuestros derechos. Estamos juntos en esta batalla por la Argentina, la cultura y nuestro futuro”.

La Asamblea concluyó con una puesta en común de los lineamientos comunes en los discursos de todos los oradores. Sobre esa base se establecieron las directivas para la realización de un documento conjunto firmado por todas las entidades representadas. Además de respaldar la gestión Rovito en la Enerc y la de Alejandro Cacetta en el Instituto, se pedirá una ratificación de la vigencia de Ley de Cine por parte del Poder Ejecutivo y de la autarquía y autonomía del Incaa, y la elaboración de un nuevo Plan de Fomento que amplíe el espectro de producciones. También que la elección del nuevo mandatario sea el resultado de una elección democrática y representativa. Tampoco se descarta alguna manifestación de repudio en el marco del Bafici, cuya 19° edición comenzará este miércoles.

Fuente Página 12