Gabriel Bourdin: “El privado ha dejado de invertir, pero el Estado no estimula”

El Presidente de Petropack S.A. y de Asempi, miembro de la UIER y el CEER analiza el momento de la economía y se muestra crítico por la falta de planificación y la caída del Producto Bruto Geográfico.

peotr

Quizá porque construyó un emporio desde muy abajo junto a su hermano Alcides, por su afán de superarse desde lo personal , por su bajo perfil, por sus gestiones al frente del Consejo Empresario (actualmente preside otra vez el Paraná Rowing Club y Asempi, el nucleamiento del Parque Industrial), o porque si bien se ha mostrado cercano al gobierno en su momento, lo ha criticado de viva voz cuando tuvo que hacerlo, porque no ha dejado de invertir en su empresa y hace un culto de la responsabilidad social, es hoy uno de los empresarios más respetados por los gobiernos y sus pares. Gabriel Bourdin, desde que saltó a la esfera pública conforme fue creciendo Petropack SA -la industria que produce envases flexibles para los principales jugadores del mercado y exporta por sí mismo- no cesa en la insistencia por una provincia competitiva en términos sistémicos, por el alto costo impositivo para la producción, por la integración público privada y por un Estado acorde a la estructura productiva de la provincia.

Habla poco. Incluso ahora no está seguro si debe hacerlo cuando el cronista punza buscando definiciones de fondo. Se debate en si es éste el momento para hacerlo, y en la necesidad de alertar sobre lo que entiende la caída de un 4 % de la economía entrerriana en 2016, cuando Santa Fe y Córdoba, socias de la Región Centro, fueron las únicas provincias que no decrecieron en el año. “Algo no estamos haciendo bien”, se cuestiona.
Hace autocrítica como parte de un sector privado en estado de somnolencia, pero en el fondo cree que la responsabilidad de empujar al empresario a invertir y hacer girar la rueda que empieza depende del impulso inicial de los gobiernos. Hoy está enojado. Se nota. Lo mejor sería preguntarle cuál es el motivo.

-Abiertamente, ¿Por qué se lo nota enojado?

-(Se ríe)… no estoy enojado. Pero hay cosas que me preocupan. En la última reunión que mantuvimos desde la Unión Industrial con el gobernador Bordet le plantee que me preocupaba mucho lo que significaba el costo argentino para la industria. Esto es el costo logístico, el de movilizarse y el impositivo. Y Entre Ríos, en este contexto, no es menor. Lo decimos siempre: los impuestos municipales en la provincia son los más caros de la Región Centro. La tasa de Higiene y Profilaxis implica el 1.44 % de la facturación, cuando Rafaela es el 0,3 %. Y si lo comparás con San Francisco no llega al 0.6 %, estamos hablando que hay casos que es cinco veces más lo que se paga en Entre Ríos. Eso tiene que ver en términos de competitividad. Hablamos de industria, pero el comercio tiene otra alícuota que también hace la diferencia, servicios tienen otra, pero es parte de un costo que acá no lo sabemos entender. Bordet lo entiende. Y él como ex intendente sabe que los municipios más pequeños son los mejores administrados. Basta mirar los satélites de Paraná donde esta tasa no existe. Y los que exportamos también sabemos que los costos en dólares en
Argentina son mucho más altos. Nosotros tenemos una cuota de exportación directa que queremos incrementarla. Eso nos permite medir si seguimos siendo competitivos. Por más que estemos en un mercado interno necesitamos competir con el mundo, porque mañana vienen los brasileros y chilenos y no nos puede sorprender. A esa cuota la mantuvimos, aún a perdida de dinero, porque los mercados externos son de largo aliento.

-¿Lo planteó en términos de: “Me estoy por ir de Paraná”?

-No, yo no creo en esas cosas. No es que vos te vas de un día para otro, y menos una industria manufacturera.

-Bueno, pero puede decidir sus próximas inversiones fuera de Entre Ríos…

-Eso sí, puedo dividir y decido apostar a otro lado y el crecimiento me llevo y no lo desarrollo en Entre Ríos. No es mi caso. Pero si vos evalúas, los servicios son un diferencial. Por ejemplo. Aumenta la luz y aumentó un 300 % promedio, por decir algo. Mi factura es de 2.800.000 pesos mensuales. Hay una contribución del 8.95 % de ese monto que se lo lleva el Municipio y te lo cobra porque en teoría usas el cableado público. Cuando todos sabemos que a esa inversión la hiciste vos porque el cable no llegaba. Si decís que pago el 8.95 % y tengo las calles iluminadas con LED, pero no, vivimos en la boca de un lobo en esta zona del parque industrial. Las luces rotas, columnas dobladas desde hace años. Hemos mantenido reuniones, pero de respuesta, poco y nada. ¿Hay necesidad que con todo lo que aporta el Parque Industrial que la Comuna no tenga un mínimo de preocupación en cuanto a seguridad, calles acordes, iluminación, etc.? Y no es un problema de este gobierno, que es nuevo.

– ¿A qué atribuye la au-sencia casi total de inversiones en Entre Ríos?

– A ver… Nosotros teníamos los reintegros a la industria atrasados unos cuatro años, es decir que si vos exportabas 100 mil dólares, el gobierno anterior te retenía el 5 %. Unos 5 mil dólares, y te decía que cuando a vos pagan y tengas las divisas te la devuelvo. Así estuvimos cuatro años. Lo tomamos como un costo, porque además seguís pagando impuestos sobre eso. No es que se te actualiza en dólares y con inflación al 40 %. A nosotros nos devolvieron unos 6 millones de pesos, con todos los papeles en regla. Es un incentivo para volver a exportar. En ese sentido ahora hubo una mejora. La salida del cepo cambiario permitió el acceso al crédito internacional. Yo logré acceder a ese crédito, pero recordemos que no había convenios bilaterales. Sabemos que la tecnología es muy volátil y que uno va siempre detrás de un costo para hacer más eficiente y poder tener una competitividad regional, y sos competitivo si tenés equipos de primera línea. Eso volvió. Y es una buena noticia. En nuestro caso estas inversiones venían previstas y decidimos continuarla. Pero nada es inmediato.

-Pero son inversiones que venían en marcha, las nuevas nunca arrancaron…

-Sí, es verdad, pero también se ve en la obra pública. Ni es el Estado invierte en la provincia. El déficit de infraestructura lo vemos todos, hay que ir hasta el Acceso Norte para ver cómo una obra tan importante está discontinuada. La circunvalación es otro caso. Nosotros vemos que el privado no invierte, pero que el Estado no acompaña ni estimula. Creo que en un año el ministro de la Producción no vino nunca al Parque Industrial de Paraná. Ni siquiera un llamado telefónico, y es un Parque al que le faltan servicios y genera unos 4.000 empleados directos. La industria en Entre Ríos no crece. No vemos políticas de crecimiento.

-¿Qué piensa hoy el empresario entrerriano?

-Las actividades primarias vienen golpeadas. Cuando miramos cómo crece la Región Centro y que sólo hay dos provincias en todo el país que se han salvado de la recesión en este año -Santa Fe y Córdoba- vemos que algo no estamos haciendo bien. Son nuestros socios. Entre Ríos cae casi 4 puntos en su producto en 2016. Es evidente que es una cosa estructural y no privativo de un gobierno. Ahora: ¿Cuáles son las mejoras estructurales que deberían llevarse a cabo para achicar esta brecha? Porque, o nos preguntamos eso o tendremos que conformarnos en ser la misma plantera de la Región Centro. Lo único que hacemos es ver el aceite saliendo desde Rosario, o que Córdoba termine industrializando la otra parte. La apuesta que hubo hacia la agroindustria hoy no se ve cristalizada. El slogan del cambio de perfil tampoco prendió en la producción secundaria. Fue sólo una intención cambiar el perfil. La diferencia con el momento actual es que hoy está el crédito. Hoy los bancos tienen dinero para prestar. Y diría que hay dos tipos de inversores: a) el empresario local, que lo puedo comparar hasta con un chacarero, que más o menos le anduvo un negocio, le bajaron las retenciones y cambió la camioneta y cambió el camión. Le puso tecnología al campo porque quiere mejorar. Lo mismo pasa con el industrial y el comercio; y b) El otro inversor se maneja con otras expectativas y dice que hay que esperar que la argentina cambie. A este inversor hay que seducirlo para que venga a Entre Ríos. Una ley, promoción de empleo, y eso no se ve. No se está promocionando a la provincia en ningún lado. Cómo va a acrecer algo que ni siquiera se promociona.

-¿Y cuál es la sensación, el pronóstico general del empresariado local?

-El empresario está contando los porotos porque vemos que la industria está cayendo bastante, según el Indec. Es una recesión importante. La economía se refleja en todas las provincias y hay algunas que crecieron 1.5 % y otros que decrecieron casi 4 %. A esa diferencia hay que preguntársela a la Provincia. Las dicotomías son grandes. Puede ser que una provincia se vea favorecida por riquezas naturales, pero esta riqueza también va en término de educación, de mano de obra, de recursos, de salud, de las universidades, de capital social. En Paraná es muy difícil conseguir mano de obra para concretar un proyecto. Y el mayor competidor que tiene el sector privado para conseguir mano de obra es el mismo Estado. No sólo por la estabilidad del empleo público, que se puede discutir en otros términos, sino que la verdad es que la cantidad de horas que trabajan y cómo se hace para establecer un esquema con normas y responsabilidades. Hay un subsidio que está encubierto en el empleo. Como empleado estatal se termina obteniendo un empleo porque el Estado “te pone acá”, y te termina resolviendo el problema económico. Ahora, yo también estoy degradando al funcionario de carrera que antes tenía otro valor, porque había una carrera genuina en el Estado. Esos procesos se revierten con políticas públicas. No tenemos mano de obra especializada, y hay una franja etaria de los chicos que no terminaron la secundaria y no hay forma que ingresen al mercado laboral por falta de experiencia. Nosotros empezamos unos cursos de iniciación a las prácticas para plásticos y lo hacemos con el Estado porque lo entendió y permite construir. Hay políticas públicas que habrá que acelerar.

-Perdón la insistencia, pero tampoco se venían que todos quisieran invertir cuando se crecía a tasas chinas

-Hace cuatro años que no se genera empleo privado, y sólo se genera empleo público. Está claro que si te dedicas a algo querés hacerlo mejor, y está claro que un empresario hace lo que hace para crecer, para ser más eficiente, para seguir capacitando su gente y lo hacés para que la cosa crezca y tenga un beneficio económico para los dueños, accionistas. Hay un deseo profundo que la argentina salga. Aun hoy, con una depresión grande, y sin embargo se ve una expectativa positiva con respecto a Macri. Y sin embargo los números de la economía no le han dado, pero se han hecho algunos ajustes necesarios. No defiendo ni dejo de defender, son datos de la realidad.
Pero yo digo lo siguiente: Si hace cuatro años que Entre Ríos no genera empleo, por qué no nos preguntamos qué no hicimos bien.

Autocrítica

Cuando se pregunta a Gabriel Bourdin si el empresario hace autocrítica de los años pasados, el empresario confirma y asegura que hay muchos puntos que el sector privado debe interpelar sobre sí mismo. Quizá una de las cosas en la que más enfatiza es el punto que en la Argentina sólo ha crecido el gasto público, y que ese gasto se financia con más impuestos. “El gobierno anterior no se financió con deudas con el exterior, pero se financió con stocks, como el stock ganadero, stock petrolífero, el stock de lo que fuera. Una vez consumidos esos stock lo que queda son los impuestos que nacieron por un lapso breve y terminaron permanentes. Cuando ves los costos de un auto te sorprende la cantidad de impuestos, al igual que una factura de la luz. Todos estos impuestos crecieron. Por supuesto que tengo una posición pro empresas productivas privadas, pero no puedo negar que no hay estímulos ni seducción a esas empresas para que inviertan o se radiquen en la provincia. Acá no vino nadie a preguntarme cuáles son los planes de inversión de mi empresa a mediano o largo plazo, qué necesito o en qué se me puede dar una mano.”, contextualiza.

-¿Las entidades empresarias están cumpliendo su rol?

– Tenemos que hacer una autocrítica profunda. Creo que hay una crisis dirigencial muy importante en todos los ámbitos. En las empresas, en las ONG de todo tipo, en los clubes, es evidente. Y también en las entidades empresarias. Hay que valorar a la gente que quiere hacer esa apuesta en común y acompañarla porque se hace cuesta arriba. Vos tenés que atender tu empresa pero también ocuparte de atender otras responsabilidades. Porque el empresario es una persona calificada para hacer cosas. Tiene la obligación de hacerlo. Yo no tengo dudas que las instituciones quieren colaborar y estar cerca del gobierno. No puede haber objetivos públicos y privados. Hay que trabajar donde están las coincidencias.

-Algunos empresarios tuvieron una particular cercanía con Urribarri. ¿Por qué no pudieron incidir en su gobierno y dejaron pasar la oportunidad?

– Cada uno tiene sus estilos. Si vos encontrás el eco en un gobierno que te promete avanzar en determinadas políticas públicas para tratar de comenzar a hacer un cambio en el perfil productivo, algo que ansiamos todos y desde hace mucho, es imposible que no te sumes. Vos adherís a todos los planes de desarrollo de la provincia. Desde tapar un pozo hasta un tendido de cables, fibra óptica o infraestructura portuaria. El mismo puente con Santa Fe y todos nos encolumnamos porque consideramos importante esa obra. La verdad que para mi primero está la acción y después está la política. No veo una provincia o una ciudad que se esté caminando o que se llame a los sectores de la producción. No lo veo. Sinceramente.

Para destacar

– Me da la impresión que todos estamos esperando que en 2017 se reactive la economía y que el otro empiece a invertir. Es como que todos estamos diciendo: “Vamos a esperar que el año próximo la cosa se va a revertir”. El problema es que somos nosotros los actores que tenemos que revertir lo que está pasando.

-Alguien tiene que estar mirando y pensando cómo está la competitividad de la ciudad o la provincia con respecto a los vecinos, porque de lo que se trata es de quién vende sus productos y quién no, y entonces quién podrá mantener y crear empleo y quién no. E identificar los motivos por lo cual soy más caro o más barato que los otros. Qué fortalezas y debilidades tenemos.

-No veo una verdadera articulación público-privada. Honestamente me parece que hay que tratar de estar al servicio del gobierno para que éste se disponga a hacer cosas en común. Lo sabemos desde siempre. Son las tres patas de lo que es la responsabilidad social empresaria. Hablamos de la comunidad y Estado, no solamente empresa. Cuando esos tres factores se complementan puede esperarse resultados, caso contrario no lo veo.

-Hay gente que tiene un trabajo estable y formal que en verdad está cubierto medianamente con obra social, cobra en tiempo y forma. Si no pagaste las contribuciones patronales el día 20 te embargaron as cuentas y no podés hacer un cheque. El problema es que el mercado laboral está en negro, y muchos jóvenes no han accedido a un trabajo. El gobierno y los sindicatos deben encontrar una contención para esa gran franja de personas que no tiene accesos garantizados. En lo concreto, Entre Ríos tiene alguna historia en los meses de diciembre, y siempre que hubo problemas la provincia fue disparadora. Tenemos que estar atentos a cualquier situación.

Un bono complicado

Para Bourdin la posibilidad de un bono navideño como caminan al mismo ritmo que las posibilidades provinciales. Dice que dependerá de cada sector, ya que algunos pueden afrontarlo, y otros no. “Algunos viven en una crisis permanente: lácteos, cítricos, la agroindustria no está bien como frigoríficos de pollos o carne vacuna. Los servicios en última instancia pueden trasladarlos. El sector productivo está encorsetado, no da más de impuestos. Si sólo por el personal que tenés estás pagando un 40 % de impuestos, cuánto se lleva el Estado y cuánto se lleva el trabajador. Y en la provincia tenés déficits como el de la Caja de Jubilaciones, y es un déficits de más de mil millones de pesos. Y cuánto hace que viene este déficit. Es un problema estructural. ¿Nunca pudimos hacer nada?”, cuestiona el empresario. Aspira a que esos fondos para cubrir déficits permanentes desde el Estado puedan algún día aplicarse a políticas de desarrollo. “El verdadero motor de la economía son las empresas y la gente que trabaja en ellas. El Estado administra. A partir de generar riquezas. Yo me pregunto: dónde está el ajuste del Estado, y no porque crea que hay que hacer ajuste en el personal público. No es la gente una variable de ajuste. Hay muchas cosas que podés hacer”, subraya. Volviendo al bono navideño, entiende que las entidades lo están discutiendo, pero dice que aún no se sabe de cuánto sería. Pero dice que es una inversión que no estaba prevista, y que “tiene la certeza que a las empresas les alcanza para pagar de la noche a la mañana un bono”. “Un bono de fin de año para una empresa como la nuestra que tiene 400 empleados y que implica 3 mil o 5 mil pesos por empleados significa disponer 2 millones de pesos que no estaban previstos”, concluye.

Fuente: El Diario