Rómulo Vidal: “El patrimonio cultural se va perdiendo a causa de medidas de este tipo”

La ordenanza que regula el funcionamiento de las ferias de artesanos y emprendedores en Paraná generó críticas entre los trabajadores de la artesanía. Uno de ellos, sostuvo que la medida fue “totalmente inconsulta y revela una ignorancia asombrosa”.

Rómulo Vidal trabajando en su taller (foto: Facebook)

Por Pablo Urrutia

En la sesión ordinaria del Concejo Deliberante de Paraná, realizada el pasado miércoles 7 de junio, fue aprobada sobre tablas una ordenanza que establece un marco regulatorio para el funcionamiento de las ferias de artesanos en la ciudad.

La norma, elaborada de forma conjunta entre el concejal del Frente Renovador, Luis Díaz, y la Secretaría de la Producción del Municipio, a cargo de Francisco Mathieu, establece entre otras disposiciones que la Secretaría de Producción tendrá la potestad de realizar visitas a los talleres donde cada emprendedor o artesano lleve a cabo su producción, con fines de inspeccionar que sea propia, se adecue a la ordenanza y cumpla con las habilitaciones y certificados requeridos de acuerdo a lo declarado en el correspondiente empadronamiento. Además se les exigirá la incorporación del logo de referencia “Viví Paraná”, como identificación de la ciudad, en el producto, presentación y/o empaque y se cobrará un canon. Los fondos recaudados serán destinados a solventar parte de los gastos necesarios para el funcionamiento de las ferias.

La sanción de la ordenanza generó críticas entre los trabajadores de la artesanía. En diálogo con el programa La Primera Edición que conduce Norma Ríos por FM Los 40 Paraná (100.5Mhz), el artesano de profesión y defensor de la producción artesanal local y sus hacedores, Rómulo Vidal, manifestó algunas de esas objeciones.

“No es lo mismo un emprendedor que un artesano”, estableció Vidal, al comienzo de la entrevista. Manifestó a su vez, que “la noticia nos sorprendió de mala manera porque es retroceder más de 30 años en las luchas históricas del sector artesanal de todo el país, para que existan áreas específicas que estudien y atiendan la cuestión de los artesanos, porque habitualmente por ignorancia, por desconocimiento, se cae en esta confusión de meter a todos en la misma bolsa y el patrimonio cultural que significan los saberes artesanales se van perdiendo a causa de medidas de este tipo, que son totalmente inconsultas y revelan una ignorancia en la temática asombrosa” dijo el artesano.

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Puntualmente, lo que hace que la iniciativa sea considerada un retorceso, es “que se saque al sector artesano del área de cultura y se pase a producción, lo que uno se pregunta es con qué capacidades, quién estará capacitado fiscalizar y otorgar ese famoso carnet habilitante para trabajar? Quién estará capacitado para poder distinguir una artesanía de una manualidad o de la industria casera?”, planteó el trabajador de la cultura con una extensa trayectoria en la ciudad.

En ese sentido, explicó que “un producto artesanal revela una trama compleja de saberes y de tradiciones y de oficio que hace falta ponerse a estudiar un poco para poder determinar y fiscalizar estas cuestiones”.

“Paraná ha tenido una larga tradición en lo que son las ferias de artesanos. Allá lejos, con el retorno a la democracia con Carlos Álvarez al frente de la Secretaría de Cultura Municipal, se ha trabajado muy fuerte en esto de poder promocionar las artesanías. Carlos Asiaín, uno de nuestros grandes artistas paranaenses, es una de las personas que más sabe sobre el tema. Ha creado no sólo el Mercado y Museo Provincial de Artesanías, también ha participado activamente en lo que es nuestra Fiesta Nacional de la Artesanía, en Colón. Entre Ríos tienen la fiesta nacional. Entonces, si queremos regular y controlar una feria es una cuestión, otra cuestión son las artesanías y cómo se trabaja, se promociona y difunde esta rama de la cultura”, manifestó Vidal.

También manifestó que “las ferias artesanales se han desvirtuado de una forma importante, y no se trata de desvalorizar el trabajo de nadie. Son cosas distintas y la lucha del artesano es esa, poder contar con un espacio propio para la comercialización, porque poder ofertar y vender sus piezas y que se valore y jerarquice su trabajo, también tiene que ver con la competencia leal. Cuando a un artesano se lo pone junto con un revendedor o con otros emprendedores, se produce una competencia desleal. Cuando ponen a todos en la misma bolsa es donde el artesano termina relegando su derecho a trabajar”, dijo.

En ese sentido, argumentó: “A esa pérdida de los que son las ferias artesanales se le suma el atropello de que un área que no es cultura se arrogue el derecho de fiscalizar, cobrar un canon, imponerte una marca, lo único que falta es que también el packaging que diga ciudad de Paraná, intendencia Varisco”, ironizó y criticó “El nivel de atropello que se está trabajando en Paraná”.

La situación de la cultura local

“Como artesano también pertenezco a la asamblea de la cultura, y venimos denunciando este tipo de atropellos, este tipo de aprietes, que ya no dan para más. Se requiere un cambio urgente en la gestión cultural de Paraná”, propuso Rómulo Vidal.

Retomando el hilo de la temática, ejemplificó: “Acá a dos cuadras de mi casa hay un viejito que talla caballos de madera, hace muchísimos años, desde que se jubiló. No entiende de leyes. Son irrepetibles, no se encuentran en otros lados, son suyos, son sus caballitos. Eso es lo que marca un  producto artesanal, la impronta que le pone el artista, en su diseño, en su  factura. Y éste señor, que no entiende de leyes, lo que necesita es un espacio  digno para ir a mostrar su arte y que sea reconocido y valorado por la comunidad que se lo va a adquirir. Lo que necesita es un Estado. Un Estado que se ocupe de promocionar. Porque atrás de ese caballito está este hombre. Atrás de cada pieza artesanal hay un artesano, con sus familias, con sus hijos, con sus necesidades, con sus carencias, y eso es lo que jamás se hace”, cuestionó.

Vidal se refirió a la definición que plantea la norma respecto al oficio de artesano, textualmente: “Trabajador que ejercita su oficio por su cuenta y que elabora su mercadería fundamentalmente con las manos”, dice la ordenanza.

“Es un poco playo”, opinó el artesano, “hablar de artesanía, algo que fue estudiado por Cortázar, que Naciones Unidas se ha expresado, que es un tema de estudio desde la antropología. Es como decir ‘definamos  que es un bailarín, es aquel que se mueve al ritmo de la música’, es una vergüenza el nivel de ignorancia”, manifestó.

Y en ese contexto planteó la situación de la cultura en general en la capital entrerriana: “Esto es lo que están sufriendo todos los centros culturales de la ciudad de Paraná. Lo que le pasa a los músicos que no encuentran un lugar digno para tocar. Esto es lo que pasa con los artistas plásticos, con los cirqueros, con la escuela de circo municipal que tiene que trabajar en condiciones deplorables. Esto es lo que está pasando en Paraná y por lo que la asamblea de la cultura está reclamando. Y lo que hacen es poner parches.  Poner parches que ya costó la vida de un empleado municipal.  Poner parches con un evento como Sumar Arte, prendido de Tecnópolis, en un espacio privado. Manotazos de ahogado, sin política, sin una orientación. En mis largos años es la peor gestión en cultura que hemos tenido en Paraná, y eso que en anteriores hemos tenido grandes déficits, pero como ésta, no”, cuestionó.

Por último, el artesano paranaense Rómulo Vidal, informó que “estamos trabajando con Gerardo Dayub que se ha expresado negativamente por la modificación que desvía los fondos de Feicat hacia otras áreas. Lo hacen desde la ignorancia, desde el autoritarismo, sin llamar a los que saben”, concluyó finalmente.