Rafael Correa: “Cualquier proceso de cambio verdadero tiene que empezar y terminar hablando de distribución de la riqueza”

El presidente de la República de Ecuador recibió hoy el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad argentina de Quilmes, donde además dio una clase sobre economía. “La soberanía produce prosperidad”, destacó en su conferencia.

Foto: PL.

Emocionado y con la sonrisa que lo caracteriza, el presidente de la República de Ecuador, Rafael Correa, recibió hoy el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad argentina de Quilmes, en un acto donde dio una clase magistral de economía.

Entre los aplausos de un auditorio repleto el mandatario agradeció por la distinción que, dijo, “recibo en nombre de Ecuador, que con lucidez y valentía ha sostenido todos estos años el proceso de cambio revolucionario y pacífico, muchas veces enfrentándolos con dificultades inmensas”. “Luchando contra los poderes fácticos de siempre que tratan de impedir los procesos de cambio en nuestra América”, añadió tras subrayar que este es su último viaje como presidente y que es bueno que sea a Argentina y a la universidad de Quilmes.

Ecuador, Ecuador, gritaban los universitarios cuando el mandatario hizo su entrada al salón para recibir este título, el décimo quinto de su trayectoria y el tercero que le confiere una Universidad argentina después de la de Buenos Aires, en 2010, y la de Córdoba en 2015.

Querido presidente, con este doctorado usted es parte de esta Universidad, esta también ahora es su casa, expresó al entregarle el diploma acreditativo el rector Alejandro Villar, quien destacó el impacto social que sus políticas generaron en términos de la inclusión, reducción de la pobreza y el desempleo y el papel que tuvo en el proceso de integración y unidad latinoamericana y en los procesos de paz.

En una verdadera clase magistral que tuvo a un auditorio atento durante casi dos horas, Correa habló de la década ganada durante estos años de mandato de la Revolución ciudadana que lideró.

“En nuestra América pueden encontrar más ricos que en Suiza y más pobres que en África”, dijo y por eso, sostuvo, “cualquier proceso de cambio verdadero tiene que empezar y terminar hablando de distribución del ingreso de la riqueza, de justicia social e igualdad de oportunidades”.

En el transcurso de su intervención comparó la década anterior a su gobierno, “la larga y triste noche neoliberal entre 1996 y 2006”, dijo, que permite ver las enormes diferencias en cuanto a distribución del ingreso de las riquezas.

“Ecuador fue el laboratorio para experimentar todas las tonterías neoliberales y muchas veces no eran impuestas sino agenciosamente requeridas”, expreso en otro tramo de su alocución.

Tras sostener con cifras, estadísticas y gráficos los resultados logrados en sus 10 años de gobierno, subrayó que su país “no solo e más próspero sino menos injusto”.

Al dirigirse a los universitarios presentes, muchos de ellos alumnos ecuatorianos que cursan estudios en Argentina, les dijo: “La supremacía del trabajo humano sobre el capital es el signo fundamental del socialismo del siglo XXI que practicamos”.

“Es lo que nos define, más aún cuando enfrentamos un mundo completamente dominado por el capital. No puede existir verdadera justicia social sin esta supremacía del trabajo humano expresada en salarios dignos, estabilidad laboral, adecuado ambiente de trabajo, seguridad social, justa repartición de la producción y de los frutos del progreso técnico”, agregó.

Correa citó como ejemplo tres medidas fundamentales que tomó su Gobierno para mejorar los ingresos fiscales netos: “La recompra de deuda externa a valor de mercado, la renegociación de los contratos petroleros y la mejor en eficiencia en recaudación tributaria”.

Con esto, resaltó, “se liberaron miles de millones de dólares para la inversión pública, la cual con respecto al 2006 se duplicó en términos porcentuales y creció en más de 400 por ciento en valores absolutos”.

“El destino de los recursos sociales demuestra las relaciones de poderes al interior de una sociedad y los datos reflejan que antes en el Ecuador mandaban los acreedores, los banqueros, las burocracias internacionales y que ahora manda el pueblo ecuatoriano”, enfatizó entre repetidos aplausos de los asistentes.

“No fue suerte, como dicen por ahí, fue soberanía y la soberanía produce prosperidad”, destacó en su conferencia, en la que también habló de todos los retos que debió sortear el país sobre todo en los dos últimos años.

Desmenuzó los tres ejes centrales de esta “década ganada” y resaltó que en su país “ya no se permite la evasión que era el deporte nacional de los empresarios”.

“Nos dicen que hemos conseguido deuda cara, ya no saben cómo afectar el éxito de esta década ganada. La verdad, es que el costo ponderado de nuestra deuda es de 5,8 por ciento menor al 7,1 por ciento antes de nuestro gobierno”, destacó.

En su clase económica expresó: “Para cambiar la pobreza socioeconómica, la injusticia estructural, se necesitan cambios en la relaciones de poder. Eso, queridos jóvenes, significa procesos políticos en función de las grandes mayorías, este es el mensaje central de mi conferencia”, manifestó.

En otro momento subrayó que durante su mandato ha luchado por lograr el cambio de las relaciones de poder en favor de las grandes mayorías, “por transformar el estado burgués dominado por unos pocos en un Estado verdaderamente popular que defienda el bien común, con opción preferencial para los más pobres”, dijo.

Resaltó que si se quiere hablar de economía para el desarrollo hay que hablar de poder y que “para sacar adelante a nuestros países se necesita a hombres políticos no gerentes pues, es diferente la lógica empresarial a la de un estadista”.

“Queremos sociedades con mercados, no sociedades de mercados donde vida, persona y la propia sociedad son una mercancía más. El mercado es un gran siervo pero un pésimo amo”, señaló Rafael Correa.

Para despedirse, el Presidente de la República de Ecuador, enfatizó que en su país “ya se gobierna para las grandes mayorías y, aunque falta mucho por hacer, tengan la seguridad que en mi país manda el pueblo ecuatoriano”, concluyó.

Fuente: Prensa Latina.