Investigadores de la Universidad de Rosario descubren efectos neurotóxicos del glifosato

Fue tras una investigación de 5 años en la que expusieron neuronas de ratas a ese agrotóxico de la empresa Monsanto que es el más utilizado en nuestro país y en el mundo en los campos de soja, maíz y otros cultivos.

Foto: UNR Institucional
Foto: UNR Institucional

 

Los investigadores detectaron que las neuronas expuestas al glifosato tenían retrasos en su desarrollo y quedaban en estado inmaduro. El trabajo fue publicado en la revista científica internacional Neurotoxicology.

Argentina es uno de los países con mayor nivel de aplicación de herbicidas en el mundo, siendo uno de los principales productores de soja genéticamente modificada resistente a esos productos, ubicándose solo por detrás de Estados Unidos y Brasil. Si bien existen diversas fórmulas de herbicidas aplicados al cultivo de soja, el más utilizado es el glifosato -N-fosfonometil glicina, comercialmente conocido como Round Up, que distribuye la multinacional Monsanto.

El uso del glifosato es promovido a escala global por su inocuidad, sin embargo actualmente existe un amplio debate sobre las consecuencias biológicas de su aplicación, en función de distintas evidencias que demuestran efectos nocivos para el desarrollo animal y humano. Estudios científicos recientes revelaron que las formulaciones que contienen glifosato producen efectos citotóxicos y alteran la constitución del DNA a dosis menores a las que el ser humano se halla expuesto. Sin embargo, hasta el presente existen escasos estudios con respaldo científico que demuestren el potencial efecto de herbicidas a base de glifosato sobre el sistema nervioso de mamíferos durante períodos tempranos del desarrollo.

El glifosato es un principio activo que se usa en cultivos genéticamente modificados, es decir, cultivos que se les modifica el material genético para que resistan al glifosato y no los afecte, destruyendo las malezas que lo están dañando. Se usa para el cultivo de soja, maíz, trigo, etc.

Hace cinco años, un grupo de investigadores del Área Toxicología de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario, comenzaron a evaluar los efectos tóxicos del glifosato específicamente sobre el desarrollo y función del sistema nervioso de mamíferos expuestos durante el período de gestación.

Con este objetivo, el equipo dirigido por Silvana Rosso, investigadora adjunta de CONICET y profesora de la UNR, comenzó a desarrollar un estudio in vivo donde se usó como modelo animal la rata, la cual tiene un sistema nervioso parecido al del humano, en cuanto a la expresión de genes principalmente. “Nos interesaba saber si existían signos de neurotoxicidad manifestados por alteraciones en la capacidad aprendizaje y memoria, en la fuerza muscular, la actividad locomotora, en las respuestas reflejas de estos animales que se encuentran en períodos tempranos del desarrollo y que fueron expuestos al glifosato durante el período de gestación”, introduce Rosso.

Los investigadores trataron a las madres con glifosato cada 48 horas durante la preñez y después evaluaron los efectos tóxicos en los neonatos. “Observamos que manifiestan alteraciones en la capacidad de las respuesta reflejas, disminución en el desarrollo, en la actividad locomotora, en el aprendizaje y la memoria, a través de distintos test comportamentales que se hacen en laboratorio. Todo esto indicaba que había alteraciones en el sistema nervioso. Eran resultados moderados, no drásticos, pero mostraban alteraciones que comprometían al sistema nervioso». Los primeros resultados daban cuenta, según la directora del equipo, «que algún efecto tóxico provocado por el glifosato existía”.

¿Qué pasa a nivel celular?

En una segunda etapa, el grupo se propuso encontrar un mecanismo, identificar qué aspecto a nivel celular está alterado y que provoca estos cambios en la función del sistema nervioso en los ensayos in vivo. Para lograr esto, tuvieron que utilizar un sistema in vitro, directamente estudiar la neurona, la célula que está en el cerebro.

“Purificamos neuronas a partir de embriones de ratas, de un área del cerebro que es el hipocampo, y se ponen a desarrollar en placas de cultivos in vitro. La ventaja de esto es que uno puede evaluar las células aisladas en un medio fisiológicamente óptimo y seguir su desarrollo y maduración. Esto nos permitió llegar al mecanismo de toxicidad del glifosato, lo que hicimos fue tratar con una única dosis de glifosato y ver la evolución», explica Rosso.

Según describe el estudio, una neurona normal -neurona control del hipocampo- se desarrolla a través de estadíos perfectamente definidos, a partir de tres o cuatro horas la morfología de la neurona va cambiando y por medio de microscopía uno puede ver cómo va madurando. Se producen una serie de cambios morfológicos y moleculares que hacen que la neurona madure. Una neurona control luego de 24 horas de cultivo emite ramitas -neuritas- y una de ellas elonga rápidamente y forma lo que denominamos el axón, esto quiere decir que la neurona polarizó, que es un evento fundamental porque el axón permite comunicarse con otras neuronas, conducir el impulso nervioso, la señalización en todo el sistema nervioso, y emitir una respuesta. Si los axones no se forman y maduran, la transmisión de la información no se lleva a cabo y entonces la función del sistema nervioso estará alterada.

En contexto

Para la Organización Mundial de la Salud, el glifosato es probablemente cancerígeno para los seres humanos. Sin embargo la empresa Monsanto, los empresarios rurales y los gobiernos lo defienden como inocuo o levemente tóxico.

Pese a toda esta evidencia, el uso de agrotóxicos en nuestro país aumentó un 11% el año pasado, se aplicaron 320 millones de litros en un área de 28 millones de hectáreas con un total de 13 millones de personas expuestas.

Fuente: Universidad Nacional de Rosario y Agencia Informativa del Foro Argentino de Radios Comunitarias.